Los delitos informáticos no son delitos autónomos. Los delitos informáticos son delitos que ya existían, con la diferencia que ahora se cometen, en muchos casos, a través de un ordenador o de un teléfono móvil. Es el ejemplo del phishing (estafa), stalking (acoso) y otros delitos que, como ves, ya existían, pero ahora la forma en la que se pueden llevar a cabo ha cambiado. La evolución de la informática y las telecomunicaciones ha traído consigo una especie de «renovación» en la forma de cometer algunos delitos.
El abogado encargado de defender un asunto de stalking, por ejemplo, ha de conocer muy bien no sólo el delito, sino también cómo funcionan ciertos programas, las IPs y otros elementos esenciales para trazar una buena estrategia.
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